A matter of life and death : 20

Powell y Pressburger presentan una historia sumamente interesante en este filme. Una ilustración de lo que podría ser la entrada al cielo, un juicio que puede entablarse en caso de recurrir la decisión del más allá de morir y el papel del amor en la vida misma.

Peter Carter, soldado inglés quien durante la guerra decide tirarse de su avión, de manera inexplicable logra zafarse de la muerte. Momentos antes de tomar esa decisión, entabla una conversación con June, dando como resultado que los dos se enamoraran sin siquiera conocerse. Una vez que en el cielo se dan cuenta de este error, envían al “Conductor 71” para reclamar la vida del piloto, a lo cual éste se niega porque si bien esa era la ley que debía seguirse, la misma no le era aplicable dado que el error en su aplicación no dependió de él. Ante dicha respuesta, el burgués francés, le informa que dicha decisión se puede apelar a lo cual el piloto acepta y se inicia todo un proceso.

Una vez iniciado el juicio, conocemos a Abraham Farlan, un estadounidense quien fue asesinado por un soldado inglés durante la guerra de independencia de los Estados Unidos, lo que naturalmente ocasionó que existiera un sesgo y enemistad para con el piloto a pesar de que ambos son de épocas y contextos muy diferentes.

Dicho personaje busca a toda costa evitar que el piloto tuviera un juicio justo, argumentando cuestiones que no le eran atribuibles al protagonista y que únicamente respondían a la enemistad que el sentía hacía el país de origen de aquel, obstruyendo en todo momento un acceso a la justicia.

Este personaje, encuadra en la clasificación de delincuente atávico de Lombroso ya que su actuar, sus ideas y valores se encuentran fuertemente arraigadas al pasado, ocasionando que no tenga un criterio propio y voluntad para decidir si su conducta era o no justa al obstruirle el acceso a un juicio justo al piloto[21]:

Doctor Frank Reeves: Sir, may I bring you up to date? We are living in the 20th century, not in the 18th.

Abraham Farlan : May I bring you up to date, sir? We are not alive at all.

M o el Vampiro de Düsseldorf [22]:

Fritz Lang, en esta obra de suspenso nos muestra el extremo al que puede llegar una sociedad ante sucesos inhumanos, ya que, ante la presencia de un asesino en serie cuyas víctimas son menores de edad, el crimen organizado, los demás ciudadanos y la policía, cada uno por su parte inician una búsqueda para poder atrapar al responsable de las atrocidades que ponían en peligro a la ciudad.

Hans Beckert, es perseguido y sujeto a un claro ejemplo de justicia privada ya que, una vez atrapado es sometido por un sin número de personas de su ciudad. Maltratado física y psicológicamente es orillado a confesar de los crímenes que ha cometido, ante lo cual responde de la siguiente manera[23]:

Hans Beckert : I can’t help what I do! I can’t help it, I can’t…

Schraenker : Do you mean to say that you have to murder?

Hans Beckert : It’s there all the time, driving me out to wander the streets, following me, silently, but I can feel it there. It’s me, pursuing myself! I want to escape, to escape from myself! But it’s impossible. I can’t escape, I have to obey it. I have to run, run… endless streets. I want to escape, to get away! And I’m pursued by ghosts. Ghosts of mothers and of those children… they never leave me. They are always there… always, always, always!, except when I do it […]

Hans, es un claro ejemplo de un delincuente moral, pues no comprende lo que es moralmente protegido y valioso para una sociedad, en este caso la vida misma y la infancia. Recordemos que, lo característico de esta clase de delincuente es que una vez que comete el delito -con plena responsabilidad- enloquece lo cual se nos muestra en la escena en la que el dialogo transcrito sucede.

Monsieur Verdoux[24]:

Chaplin, en esta obra nos muestra a un “barba azul”, lo cual no es más que un sujeto que va por la vida enamorando mujeres para posteriormente asesinarlas y en este caso, hacerse de su fortuna. Henri Verdoux, una vez que queda desempleado va por el territorio francés enamorando mujeres mayores y viudas con un nivel socioeconómico alto para posteriormente convencerlas de casarse y así, una vez consumado su plan, buscar a su siguiente víctima.

No obstante que, el protagonista mata a más de una decena de mujeres, el no aprecia lo obsceno de su actuar, lo inhumano de sus acciones e ideas. Hacerse rico a las expensas de la vida de adultas mayores no le parece en lo más mínimo extraño, más allá de robar, mata y para él, es algo sumamente normal.

Bajo esa tesitura, Henri es un ejemplo de delincuente epiléptico, pues es un sujeto sumamente violento y agresivo que no padece de ninguna enfermedad mental declarada y que además tiene un nivel de educación considerable pues se dedicó a la banca por más de treinta años. En el siguiente diálogo, Henri desvela su locura:

Henri Verdoux : Oui, monsieur, I have. However remiss the prosecutor has been in complimenting me, he at least admits that I have brains. Thank you, Monsieur, I have. And for thirty-five years I used them honestly. After that, nobody wanted them. So I was forced to go into business for myself. As for being a mass killer, does not the world encourage it? Is it not building weapons of destruction for the sole purpose of mass killing? Has it not blown unsuspecting women and little children to pieces? And done it very scientifically? As a mass killer, I am an amateur by comparison. However, I do not wish to lose my temper, because very shortly, I shall lose my head. Nevertheless, upon leaving this spark of earthly existence, I have this to say: I shall see you all… very soon… very soon.

Strangers on a train [25]:

De nueva cuenta, el maestro del suspenso nos muestra un thriller que no es más que una carrera para inculpar al protagonista de esta historia por un crimen que no cometió. Guy Haines, conoce en un viaje de tren a Bruno Anthony. Una vez que entablan una conversación, éste último empieza a tomar confianza a tal grado que sugiere una idea para que ambos pudieran librarse de sus mayores problemas (la esposa del primero que no quiere divorciarse y el padre del segundo por acosarlo constantemente): cometer cada uno un homicidio que le beneficie al otro.

El protagonista, no acepta dicho trato y a pesar de ello Bruno, sin más, procede a cumplir con la parte del supuesto trato y procede a viajar a la ciudad de Guy para seguir a su esposa y acabar con su vida. Pareciera que no era la primera vez que actuaba de este modo y sin ningún tipo de remordimiento procede a presionar y extorsionar a Guy para que cumpla con la parte del supuesto trato, lo cual no sucede y motiva al antagonista para inculparlo por un delito que no cometió.

Finalmente, se podría clasificar a Bruno Anthony como un delincuente epiléptico pues de forma agresiva y violenta actúa durante el homicidio de la esposa de Guy Haines, sin ningún tipo de remordimiento[26]:

 “Bruno Anthony: My theory is that everyone is a potential murderer” […] “I have the perfect weapon right here: these two hands”[…]


[20] POWELL M. y PRESSBURGER E., A matter of life and death, 1946.

[21] Ibidem.

[22] FRITZ, L., M, 1931.

[23] Ibidem.

[24] CHAPLIN, C., Monsieur Verdoux, 1947.

[25] HITCHCOCK A., Strangers on a train, 1951.

[26] Ibidem.